Dicen que nos enfocamos a lo negativo para sobrevivir, para poder anticiparnos al peor de los escenarios y hacer algo al respecto.
Estrategia que quizás nos funcionaba muy bien en las cavernas cuando la amenaza solía ser la falta de comida, el acecho de depredadores o el clima.
Sin embargo hoy, los depredadores se han diversificado y multiplicado y más allá de los animales -para los cuales, tristemente, hemos pasado a ser nosotros la amenaza- emerge un sistema que nos categoriza en fracasados o personas de éxito.
Buscamos incansablemente bienestar y control – cuando este último, es inalcanzable.- Buscamos no fracasar, ser vistos, ser reconocidos, ser aceptados, triunfar profesionalmente, tener una pareja perfecta, un cuerpo perfecto, amigos, dinero ….
En este contexto, todo lo relacionado con el negativismo y el sufrimiento, lo vamos aprendiendo casi sin darnos cuenta, tal y como nuestros padres lo vivieron en su propia historia, repitiendo una y otra vez, esa tendencia a la anticipación de escenarios negativos que nos sumerge, en incesantes espirales de negatividad.
El verdadero problema se centra en esa absurda creencia que dice …
SI CENTRAMOS NUESTRA ATENCIÓN EN LO QUE ESTÁ MAL, O BIEN, EN LO QUE ATENTA CONTRA NOSOTROS, ESTAREMOS PREPARADOS PARA LO PEOR.
Y esto … ¡¡ NO ES ASÍ!!!
Pues lo que en realidad estamos haciendo, es debilitarnos cada vez más y más ante cualquier posible adversidad.
No nos damos cuenta, que se trata de una actitud defensiva, que en cierta manera, nos permite escondernos detrás de ésta y no actuar. Pues cuando me fragilizo, me posiciono en una actitud de derrota y me exculpo de actuar, de afrontar y por tanto de fracasar.
En este escenario poco halagüeño, aparece la culpa, pues cuando hay sufrimiento y negativismo, suele haber culpa y a veces, perdemos tanto tiempo buscando responsables, que sin quererlo, transformamos el conflicto en el centro de nuestra vida. Algo que seguramente, también hicieron nuestros padres.
Supervivencia y cultura han contribuido a mantener la tendencia al negativismo, pero …
¿Nos hemos parado a pensar, que siguiendo este patrón, dejamos de vivir el presente (y lo que en realidad sucede) para vivir una proyección negativa del futuro, que ni siquiera tenemos la certeza que sucederá?
¿Una proyección que nos, nos tiene naufragados en el miedo y que arrebata nuestros recursos?
Si realmente queremos estar listos ante una adversidad, por qué no dejamos de machacarnos y debilitarnos e invertimos el tiempo y esfuerzo, en aumentar nuestra confianza? ¿En pensar en nuestros logros, recursos, competencias y talentos?
Al final, se trata de cambiar nuestra mirada, de hacer gimnasia mental, de cambiar el prisma, de mirarlo desde otra óptica distinta que nos plantee un escenario posibilitador, un escenario movilizador y no paralizante.
Algunos recursos que suelen funcionar para empezar a poner en marcha un patrón distinto de funcionamiento, son los siguientes:
- Para aumentar la confianza:
- Antes de dormir pensar en lo mejor del día .
- Construir una lista de agradecimientos.
- Compartir momentos divertidos y no quejas.
- Construir una lista de logros personales y profesionales.
- Diferenciar entre aquello que está dentro de nuestro circulo de influencia (sobre lo que podemos actuar) de lo que está fuera del círculo (sobre lo que no podemos actuar) y no estar destinando tiempo y energía en dilucidar sobre aquellos aspectos sobre los que no podemos hacer nada.
- Ubicarnos en el presente, en el aquí y ahora.
- Usar el arte de la visualización, en lugar de proyectar escenarios negativos intentar hacer el ejercicio inverso, la capacidad de proyectar la tenemos desarrollada ¿porqué no lo usamos en el sentido inverso proyectando escenarios positivos? Proyectando aquello que queremos para nuestras vida?
- Huir de las conversas negativas y de las personas toxicas (pues tiende a debilitarnos).
Y tu, ¿Sabes salir de tu negativismo?