Vulnerabilidad durante la búsqueda de empleo

Todos sabemos que a día de hoy, buscar empleo no es tarea fácil, tampoco lo es estar en un trabajo donde no hay reconocimiento ni validación, donde el sistema de liderazgo imposibilita el diálogo, donde hay imposición y tratos diferenciales que no se basan en el la profesionalidad…

A todo ello, afrontarlo con positivismo y tesón es una buena estrategia no obstante, es muy importante no olvidarnos de nuestra “vulnerabilidad” pues hacernos los fuertes y pensar que “podemos con todo” y que no pasa nada, tiende a ser, a la larga, una estrategia destinada al fracaso.

Vivimos en una cultura en la que la vulnerabilidad es vista como algo negativo, en la que alguien vulnerable se asocia a alguien débil, de hecho la RAE define vulnerable como aquél que puede ser herido o recibir una lesión, física o moralmente. Por otro lado, la vulnerabilidad también tiende a conectarnos con el miedo a ser heridos y por tanto, a perder el control sobre la situación.

Desde este contexto y desde la idea que nos han inculcado de tener que transmitir una imagen de fortaleza, autonomía, seguridad, inteligencia, eficacia, capacidad etc, no es de  extrañar, que tienda a ocultarse o bien a negarse la vulnerabilidad pues nos enfrenta a que quizás, no seamos tan fuertes como creemos, ni como los demás creen, ni tan seguros, eficaces o inteligentes y que quizás, en determinadas ocasiones, si necesitemos de la ayuda de los demás.

En definitiva, vivimos en un cultura donde la vulnerabilidad tiende a esconderse o negarse cuando por el contrario la vulnerabilidad es algo evolutivamente necesario porque nos permite tomar consciencia de aquello que realmente nos está perjudicando y por tanto, nos facilita que  generemos recursos para que aquello que nos está dañando deje de hacerlo.

Por este motivo y si lo que buscamos es cambiar una situación, primero tendremos que aceptar el daño que nos está haciendo, para luego, poder poner límites. Si no pongo límites, si no calibro el impacto de las interacciones de los demás en mi, puede ocurrirme que me estén dañando y yo no darme cuenta hasta que ya sea demasiado tarde y el menoscabo sea irreparable.

Por otro lado y aquí es donde me gustaría poner el énfasis, la vulnerabilidad, nos hace más cercanos, humanos y accesibles a los demás. Y, también, nos permite establecer relaciones más reales y vínculos más auténticos pues cuando soltamos el cansado y pesado  “puedo con todo” abrimos el camino a aceptarnos tal y como somos y abrimos también, una puerta a que los demás puedan ayudarnos y darnos su apoyo. Pues a veces y por absurdo que pueda parecer, pretendemos que los demás nos ayuden sin mostrar fragilidad y diciendo que estamos bien cuando en realidad no es así.

Así mismo, cuando adormecemos emociones negativas también adormecemos las emociones positivas y ocultar nuestra vulnerabilidad a los demás y a nosotros mismos, genera que vivamos ejerciendo roles poco accesibles, fríos y distantes, en definitiva, roles que se adaptan poco a la realidad y a nuestras necesidades.

Además, ocultar nuestra vulnerabilidad no significa que esta vaya a desaparecer por arte de magia sino todo lo contrario, incrementamos nuestro malestar pues lo estamos haciendo es negar una emoción. Emoción que al ser negada va ir creciendo en la clandestinidad y sin control.

¿Y que tiene que ver todo esto con la búsqueda de empleo, el acoso laboral o los conflictos en el trabajo? Mucho, pues si somos capaces de calibrar el dolor que nos están haciendo, si soy capaz de reconocer que no estoy bien y que lo estoy pasando mal, si soy capaz de darme cuenta del impacto de determinadas acciones sobre mi autoestima, etc, sabré adaptarme mejor a la situación, sabré adaptarme mejor a la realidad que estoy viviendo y generar nuevos recursos para que no vuelva a suceder, sabré pedir ayuda o apoyo en caso que lo necesite y también, podré desarrollar conductas asertivas y poner límites en mi entorno si es necesario.

Recapitulando, trabajar nuestra vulnerabilidad puede convertirse en potente puerta al aprendizaje y vía de desarrollo personal.

Y tu, ¿Estás conectado con tu vulnerabilidad y la usas para generar recursos y consolidar vínculos o  bien, eres de los que todavía piensan que es mejor ocultarla o negarla?

Para más información, puedes escribirme a nuria@propulsat.com.

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